La Casa de Dependientes es una construcción histórica de dos alturas y planta sensiblemente rectangular adosada a la tapia de los jardines de los Palacios de la Finca de Vista Alegre (distrito de Carabanchel, Madrid) y adquirida, a título personal, por la Reina María Cristina de Borbón en 1832. Dicha construcción, declarada BIC en 2018, fue proyectada en 1845 por el Arquitecto Mayor de Palacio Narciso Pascual y Colomer. La intervención tiene como objeto la recuperación, en lo posible, de su materialidad original, así como la rehabilitación del edificio, muy alterado y deteriorado, para su uso como vivienda en planta alta y espacios de trabajo para mantenimiento de la Finca en planta baja. La construcción se caracterizaba, como muchos de los edificios de la propiedad, por la ordenación de huecos y estancias de forma regular y simétrica en su eje central transversal: una arquitectura de proporciones correctas y decoro constructivo. La distribución interior respondía a un esquema de tres crujías longitudinales perpendiculares a tres crujías transversales, en el que la escalera ocupaba el centro. A partir de 1886, el edificio sufrió modificaciones para adaptarse a nuevos requerimientos, perdiendo así la unidad de conjunto. En 2018, con la declaración BIC, el valor histórico-artístico del conjunto se considera el objetivo más relevante para las propuestas de actuación. Tras el estudio de la documentación histórica disponible y de los planos originales de Pascual y Colomer, se propone la restauración volumétrica del edificio y la recuperación de los huecos originales en fachada y sus recercados, de la moldura de cornisa, del revoco de mortero de cal de fachadas y de la cubierta de teja árabe. Para una mejor operativa y funcionalidad del nuevo programa de necesidades, se establece un sistema de circulaciones que recupera la tipología original del edificio con la escalera como elemento central distribuidor y que permite la simultaneidad de usos; con el fin de garantizar cierta independencia, se abre un nuevo acceso desde la calle Arnedo. El nuevo vestíbulo incorpora un pequeño jardín como anticipo del carácter de la Finca: un fragmento de naturaleza que cualifica el acceso al espacio doméstico. En planta baja se sitúan salas de trabajo y espacios auxiliares vinculados al mantenimiento de la Finca, mientras que en planta alta organiza los espacios domésticos para la familia que se encargará de las labores de cuidado y mantenimiento, en tres bandas: una banda de espacio público de día continuo hacia el jardín, una banda central de espacios auxiliares que incluye la escalera y una banda de noche, hacia la calle, con tres dormitorios. Se han incorporado una serie de medidas de eficiencia energética para mejorar la eficacia y el comportamiento de la envolvente, como el empleo de aislamientos térmicos en continuidad con las carpinterías, vidrios bajo emisivos y control solar, sistema de geotermia para la climatización con suelo radiante-refrescante de gran confort y nulo impacto en la imagen exterior y un recuperador de calor que mejora la calidad del aire interior y reduce el consumo energético.